Existe una famosa leyenda urbana que dice que Estados Unidos se gastó un millón de dólares en un bolígrafo que fuera capaz de escribir con gravedad cero mientras que los rusos usaban lápices infinitamente más baratos. ¿Qué hay de cierto en la historia del boli de la NASA?

¿En qué consiste el mito del boli de la NASA de un millón de dólares?

Es una cadena que se ha distribuido a lo largo de la historia por diferentes medios que contemplan desde los medios de comunicación tradicionales hasta las redes sociales. El relato, según el diario El País, es más o menos este:

Cuando la NASA empezó a enviar astronautas al espacio, se dio cuenta de que los bolígrafos no funcionaban en ausencia de gravedad.
Tras invertir varios millones de euros y dos años de pruebas, la agencia espacial desarrolló un boli que podía escribir en el espacio, bocabajo, en casi cualquier superficie y a temperaturas que iban de los -80 a los 65 grados Celsius.
Cuando se enfrentaron al mismo problema, los rusos usaron un lápiz”.

¿De dónde surge la leyenda del boli de la NASA?

En los años 60 tanto los astronautas rusos como los estadounidenses usaban lápices en sus viajes al espacio. Pero un hubo un escándalo cuando la opinión pública supo que los astronautas norte americanos habían estaban usando lápices que costaban alrededor de 130 dólares la unidad. Habían comprado 34 lápices y la factura subía alrededor de 4400 dólares.

Evidentemente estos no eran lápices al uso. Eran muy ligeros, resistentes y preparados para ser usados con el traje de astronauta. Pero estas explicaciones no sirvieron de mucho a la opinión pública, sobre todo porque a bordo también iban 4 lápices normales que costaron un total de 49 centavos.

Es cierto, que según los expertos los lápices normales no son aptos para los viajes al espacio porque las puntas se pueden romper y, al estar sin gravedad, pueden impactar contra los astronautas y dañarlos. Además, son inflamables; algo que, evidentemente, se quiere evitar en una nave espacial; sobre todo tras el incendio del Apolo 1. Estos los lápices no eran, por tanto, la solución.

¿Quién fabricó el boli de un millón de euros?

El bolígrafo que se llevó al espacio fue fabricado por la Fisher Pen Company. Paul Fisher vio, en la polémica de los lápices, una oportunidad para hacer un bolígrafo que se pudiera llevar al espacio. Lo hizo por su cuenta, sin consultar a la NASA, con la única pretensión de obtener publicidad a cambio.

El desarrollo de este bolígrafo costó un millón de dólares. Pero el coste corrió a cargo de la empresa, en ningún caso del contribuyente, tal como afirma la leyenda urbana. Es de aquí de donde procede la leyenda.

La compañía le presentó el bolígrafo a la NASA en año 1967, que, tras probarlo compró 400 unidades. El coste de cada bolígrafo fue muy inferior al de los 34 lápices comprados: su precio osciló entre los 1,98 y los 2,39 dólares en función de la fuente consultada.

Los rusos también adquirieron 100 unidades del Space Pen de la Fisher Pen Company y 1000 recambios. Con lo que también queda desmentido que los rusos sólo llevaron lápices en sus expediciones espaciales.

¿Qué características tiene el space pen?

El Space Pen (también conocido como el Zero Gravity Pen) es un bolígrafo que emplea cartuchos de tinta presurizados y se afirma que puede escribir en ingravidez, bajo el agua, en cualquier ángulo y a temperaturas extremas.

Es así porque su cartucho está a presión, que es lo que empuja la tinta en lugar de la gravedad. Además, la tinta es un gel hasta y es la bola la que lo convierte en fluido para escribir.