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Con la actividad frenética del día a día, cada vez escribimos más, y con mayor urgencia. Pero con la influencia de las nuevas tecnologías, contrariamente a lo que se dice, no siempre escribimos peor.

Las nuevas tecnologías irrumpen en nuestra comunicación diaria

Hoy día, gran parte de la comunicación entre las personas se realiza a través de la comunicación escrita en el medio digital. Han irrumpido con fuerza las conversaciones por Twitter, e-mail, chat o Facebook, por nombrar solo algunos ejemplos.

Aunque cada plataforma impone sus propias reglas de comunicación, existen dos características que son comunes en ambas: las abreviaturas y la inmediatez. Por una parte, cada vez más abreviamos las palabras por la escasez de caracteres o por la rapidez en la escritura. Por otra parte, la inmediatez del mundo digital en el acto de la escritura y de la lectura, compartido de forma instantánea.

No hay que dejar de lado, que todo esto queda alimentado por emojis, GIF animados y más.

La inmediatez es la característica principal de la época en que vivimos. Implica una demanda de respuesta lo más rápida posible y precisa en su contenido, exigiendo un mensaje muy corto. Esta es la razón por la que los usuarios usan con más frecuencia las abreviaturas y los símbolos.

Escribimos más, pero no peor

A pesar que muchas veces se cometen errores ortográficos en las redes sociales, no es verídico que estén promoviendo un empobrecimiento del lenguaje. El lenguaje utilizado normalmente en los mensajes instantáneos y correos electrónicos no afecta la ortografía.

La gente que tiene buena ortografía en el ámbito educativo también la mantiene en los mensajes instantáneos. En cambio, aquellos que tienen mala ortografía en las aulas, también cometen errores a la hora de escribir mensajes instantáneos.

Es algo común que en la mayoría de las redes sociales la ortografía fluya con mucha libertad. El caso de Twitter es especial, porque existe más sanción ante los errores ortográficos se que cometen. Constituye un espacio más público, todo lo contrario a WhatssApp donde los usuarios son más espontáneos.

Por lo tanto, queda claro que hoy en día se escribe mucho más que en el pasado, debido a que la comunicación en las redes sociales está más que extendida que nunca.

Existe un léxico para cada contexto

Los jóvenes actuales están más adaptados a las diferentes situaciones comunicativas. Pueden utilizar diferentes lenguajes y estilos según el contexto en el cual se sitúen. Y toda esta evolución rápida se debe a la incursión de las nuevas tecnologías en el día a día de la comunicación.

Con ello, no existe un empobrecimiento del lenguaje, sino que los jóvenes actuales manejan otros códigos de comunicación. Un ejemplo claro lo encontramos lo encontramos a la hora de escribir una carta formal; el código que se utiliza es diferente pero no quiere decir que sea más pobre. El lenguaje es el mismo, pero expresado de diferente manera.

La utilización de emojis y abreviaturas han enriquecido la comunicación porque las personas han aprendido a manejar distintas lógicas de distintos códigos. Esto les ha permitido desarrollar numerosas capacidades expresivas.

Uno de los dibujos que más interés suscita en el hogar es el dibujo de la familia. El dibujo de la familia nos puede aportar una visión de cómo el niño se integra en el entorno familiar, la posición que siente que ocupa y los lazos de unión o los posibles celos que pueden aparecer con otros miembros de la familia.

No es que con un simple dibujo podamos hacer un diagnóstico pero sí que nos puede dar pistas sobre la situación del niño en un momento determinado de su vida. Todas estas pistas deberán ser corroboradas con lo que ocurre en la realidad.

Interpretación del dibujo de la familia

Gracias al trabajo del psicoterapeuta Louis Corman y sus estudios sobre los dibujos de la familia, se han desarrollado y perfeccionado nuevas teorías. En general, en el dibujo de la familia se estudian dos aspectos:

1. El plano gráfico

Este aspecto no valora la estética del dibujo en si, sino otras cuestiones relacionadas con el posicionamiento y los trazos:

  • El tamaño del dibujo: generalmente un dibujo grande indica que el niño es vital, extrovertido y generoso. Un dibujo más pequeño de lo normal puede indicar sentimientos de inferioridad.
  • La dirección del dibujo: si se orienta hacia la izquierda se puede hablar de un mayor distanciamiento hacia el entorno y una gran dependencia del núcleo familiar; si se orienta hacia la derecha, suele existir más iniciativa, más confianza y buena relación con los demás.
  • La situación del dibujo en la página: un dibujo realizado muy arriba nos indica alegría y espiritualidad. Un dibujo muy abajo, algo de pesimismo pero también tendencia hacia la practicidad. Si se sitúa en el centro de la página, nos indica objetividad, autocontrol, buen sentido de reflexión.
  • La forma del trazo: las líneas rectas indica un predominio de la razón sobre los sentimientos y cierta dificultad en la comunicación de los afectos. Un dibujo de líneas curvas, nos habla de un niño mucho más sensible y afectivo.
  • La fuerza del trazo: una presión en exceso fina o débil nos habla de un niño al que puede afectar mucho lo que los demás piensen de él. Una presión firme en el papel, generalmente habla de seguridad en sí mismo.

En conclusión, se considera que el niño vive una situación equilibrada cuando el dibujo se realiza con un tamaño normalizado o grande, con un trazo continuo, con una presión adecuada y situado en el centro de la hoja. En la mayoría de los casos, el personaje dibujado más grande y con más detalles es el que considera el más importante del núcleo familiar.

2. El plano del contenido

Aquí se analizan aspectos variados relacionados con la interacción que presentan los diferentes personajes en el dibujo:

  • Por el trabajo desarrollado: los dibujos esquematizados indican dinamismo y control de la afectividad. Los dibujos muy elaborados, gran capacidad de concentración en la tarea, aunque algo fantasioso y divagador. Por último, los dibujos incompletos denotan una gran inseguridad.
  • Por la acción de los personajes: encontramos dibujos muy estáticos, en los que los personajes están en paralelo sin realizar actividad alguna, indica problemas afectivos. Los dibujos dinámicos indican bienestar y madurez.
  • Por equilibrio entre los dibujos: cuando los personajes presentan una proporción correcta en cuanto al tamaño, nos habla de que existe una armonía entre el niño y su entorno familiar. Los personajes desproporcionados nos dan información extra acerca de la relación entre el niño y los miembros de la familia.

Para nosotros escribir es coger un bolígrafo y deslizarlo por un papel uniendo trazos que tiene un significado para nosotros y para el que los lee. Pero para los niños es un proceso que conlleva una serie de fases que debemos tener en cuenta para saber cómo ayudar a los niños a aprender a escribir.

Los niños, normalmente, empiezan a escribir en la última fase de la educación infantil. Es decir, aproximadamente sobre los 5 años de edad. Previo a la primera fase de la escritura, que a continuación abordaremos, es importante que los niños dispongan ya de ciertas habilidades psicomotrices para que no tengan problemas. El simple hecho de haber jugado a moldear plastilina, pasado por aros o túneles, jugado con puzles, etc. ya dota a los más pequeños de una base esencial.

Cómo ayudar a los niños a aprender a escribir

Como ya hemos apuntado con anterioridad, el aprendizaje de la escritura se lleva a cabo, según los expertos, en tres fases distintas.

Fase de copia

En esta primera fase, que como hemos indicado, se inicia sobre los 5 años, los niños y niñas deben adquirir capacidades motrices manuales a través de la copia.

En esta copia se empieza por trazos sencillos y, poco a poco, se van introduciendo trazos más complejos hasta llegar a las letras, números, sílabas y palabras.

Fase de dictado

A partir de, aproximadamente, los 6 años, el niño se introduce en esta nueva fase. Aquí es importante destacar que entra en juego la audición. En esta etapa el niño tiene que ser capaz de discriminar lo que oye y traducirlo en letras sobre el papel.

En esta etapa, es imprescindible, además de tener buena audición, que el niño cuente con memoria auditiva para recordar lo que le han dicho y plasmarlo en el papel y memoria visual para poner en conexión lo que se ha oído con la letra que se tiene que escribir. La psicomotricidad fina también cobra fuerza.

Los expertos recomiendan que esta etapa vaya acompañada de la lectura comprensiva porque, sin duda, ésta les ayudará a mejorar aspectos como la memoria visual.

Fase libre

Esta última fase, conocida como libre o espontánea, se caracteriza porque no hay soporte visual ni auditivo. El niño o niña escribe lo que imagina.

Esta fase se inicia a principio de la educación primaria y se va desarrollando cada vez más hasta llegar a hacer trabajos, redacciones y escritos elaborados.

En el ecuador de la educación primaria, cuando los niños tienen entre 8 y 9 años, es cuando los especialistas consideran que es el momento para aprender a escribir con bolígrafo. Este cambio, que normalmente es tomado con ilusión y curiosidad por los más pequeños tiene que ser supervisado por un adulto para que no se produzca frustración y se sienten correctamente las bases de este importante aprendizaje.

Además, este no es el único cambio que se produce en tercero o cuarto de primaria. Este también es el momento en el que los niños y niñas sustituyen las fichas por libretas u hojas de dobla pauta. Esto, junto con la incorporación del bolígrafo les hace sentir mayores y les gusta. Pero, es un proceso que implica unos cambios que cambios que debemos tener en cuenta. Por una parte, empiezan a escribir con un material que, en principio no se borra; tiene distintos colores y, si no se usa correctamente, mancha tanto la hoja como las manos.

Consejos para ayudar a los niños a aprender a escribir con bolígrafo

Introducción progresiva del bolígrafo

No se trata de abandonar el lápiz definitivamente y escribir sólo con bolígrafo. Es un proceso que debe hacerse poco a poco para que el niño o niña se vaya acostumbrando.

Además, también es recomendable que en casa ensayen el uso del bolígrafo ya que de esta manera les costará menos hacerlo en el colegio. Para lograrlo los podemos animar a dibujar con bolígrafo en lugar de con lápiz o animarlos a escribir su nombre en sus libretas y objetos que lo permitan.

Otra manera de incentivar el uso del bolígrafo es animarlos a ayudarnos con tareas cotidianas como, por ejemplo, escribir la lista de la compra o jugar a dejarse notas.

Enseñarles a coger el bolígrafo de forma correcta

Del mismo modo que cuando aprenden a escribir con lápiz, es necesario enseñarles a coger correctamente este nuevo instrumento de escritura. El hecho de que cojan el bolígrafo correctamente les ayudará a que su caligrafía sea más legible.

Evitar la frustración

El hecho de no poder borrar es un cambio importante en el proceso de aprendizaje de los más pequeños. Nuestro papel, ante esto, es hacerles saber que, a pesar de no poder borrar, sí que hay cabida para el error. El uso de bolígrafos borrables, correctores o, simplemente, tachar los errores, pueden ser de gran ayuda en esta etapa.