La vida del estudiante es ese tiempo que pasa entre examen y examen. Instituto, universidad, oposiciones, cursos… En la actualidad quien más y quien menos se recicla y se sigue formando a lo largo de toda su vida laboral. La velocidad a la que se transforman las profesiones y cambia la tecnología hace imprescindible estar al día para no quedarse rezagado. Pero con el paso de los años cuesta más ponerse a estudiar y se rinde menos, te damos algunos trucos para sacar el mayor partido a tu tiempo de estudio.
Los trucos para sacar el mayor partido a tu tiempo de estudio
- Comienza tu tiempo de estudio despejado, descansado y con energía. Ya sabemos que eso es difícil, pero es algo que no te costará nada si te lo propones el fin de semana a primera hora de la mañana. Y recuerda que no te viene de una hora. Así que duerme el tiempo que necesites, no importa si te levantas a las 8, las 9 o las 10, el objetivo es que estés descansado. Después prepárate un desayuno energizante que incluya hidratos (pan y frutas, mejor la pieza entera que en zumo), grasas saludables (aguacate, crema de cacahuete 100%) y proteínas (huevos escalfados, salmón). Acompáñalo de un café solo sin azúcar, de té o de una bebida vegetal. Desayuna relajadamente, mientras lees las noticias o escuchas música. Luego es el momento de ponerse a estudiar. Al estar descansado tu tiempo de estudio será más valioso. Entre semana, deja media hora como mínimo entre una actividad y otra. No puedes llegar del trabajo y ponerte a estudiar, será tiempo perdido. Tu mente necesita despejarse, puedes salir a correr, ir al gimnasio… Verás como luego empiezas con energía.
- Haz pausas de 15 minutos cada dos horas. Está demostrado que nuestro cerebro no puede estar más de 120 minutos enfocado en una misma actividad con el mismo rendimiento. Es mejor parar 15 minutos que seguir y que ese tiempo de estudio no sirva. Todos lo hemos notado alguna vez, intentamos leer y comprender información y nuestro cuerpo no da más de sí. Por eso se recomienda esa pausa para salir a tomar el aire, prepararnos una infusión, tomar un snack saludable… Cualquier cosa que nos evada del estudio y que nos haga retomarlo con energía.
- Lee, resume, esquematiza y aprende. No pretendas memorizar los apuntes desde el minuto uno, puede parecerte que es la manera más rápida, pero desde luego que no es la más efectiva. Lee tranquilamente los conceptos, después puedes preparar resúmenes o esquemas para ordenar los conceptos y a partir de ahí podrás interiorizar la información y aprenderla de verdad.
- Explica lo que estás estudiando a otra persona. Te ayudará a ordenar los conceptos en tu cabeza y a interiorizarlos. Nada mejor que comprobar lo que has aprendido que intentando explicárselo a alguien.
- Empieza por la parte más complicada. Cuando iniciamos el tiempo de estudio tenemos más energía, por eso hay que aprovecharla para estudiar los conceptos que nos resultan más complicados, ya que tendremos más recursos para entenderlos.
- Aplica lo que estás estudiando a la realidad. Es una manera de que retengas mucho mejor la información en tu memoria. Lo importante es que pienses de qué manera podrías trasladar lo que estés estudiando a tu día a día. Una forma de que puedas recordar luego los conceptos de manera sencilla.
- Estudia en un lugar confortable y con luz natural. Sabemos que es difícil, pero intenta acondicionar tu lugar de estudio al máximo, para sacarle todo el rendimiento. Elige una silla con respaldo en el que descansen tus cervicales, adopta una postura ergonómica: tu espalda debe estar recta y toda la parte baja de tu cuerpo dentro del asiento. Si no tienes luz natural, es bueno apoyarte de una luz auxiliar que ponga el foco directamente sobre tus apuntes para no forzar la vista. Esto podría provocar más cansancio y dolores de cabeza.
- Evita los ruidos. No siempre es fácil, sobre todo si compartes vivienda, ya sea con familiares, pareja, amigos o compañeros de piso. Intenta que respeten tu tiempo de estudio. Si aún así no te concentras y estás más pendiente de la conversación que hay al otro lado de la pared o del programa que escuchas de fondo en la televisión, acude a una biblioteca. Seguramente no estarás tan cómodo como en casa, pero tendrás silencio y, además, ver a otras personas que también están estudiando puede animarte a continuar para alcanzar tus objetivos.
- Utiliza mantras para ayudarte a estudiar. Si eres una de esas personas con problemas de concentración y te despistas hasta con una mosca que ves pasar, lo tuyo son los mantras de repetición. En internet encontrarás infinidad de recursos gratuitos para utilizar estas repeticiones, acompañadas de sonidos armoniosos que te ayudarán a poner la mente en blanco.
- ¡Ten ganas! Y lo más importante de todo, para estudiar y que el tiempo te cunda al máximo tienes que creer en lo que estás haciendo y tener ganas de aprenderlo.