Los cuentos suelen ser el primer contacto de los más pequeños con el mundo de las letras y la lectura. La actividad de contar cuentos suele ser algo habitual antes de que los niños se vayan a dormir, ya que les permite relajarse y facilitar su descanso. ¿Quieres ser un buen cuentacuentos? Te damos algunos recursos para que seas el mejor contador de historias de tu casa.
Tips para convertirse en el cuentacuentos ideal
Contar un cuento es aparentemente una tarea fácil que puede realizar cualquier persona, pero lo más importante a la hora de explicar una historia a los niños es conseguir mantener su atención, que el cuento los atrape y que se entretengan y aprendan.
- Narra los cuentos en vez de leerlos. Es más fácil que los “peques” mantengan la atención si haces como que estás contando la historia y no leyéndola. Así también puedes ver sus reacciones y mantener un contacto visual muy directo. No hace falta que te aprendas de memoria el cuento entero. Pero sí que lo repases antes para poder ir levantando la vista de la lectura.
- Cualquier edad es buena para comenzar. Cuando tienen menos de un año, difícilmente mantendrán la atención, pero es bueno tararear nanas y explicarles cuentos breves con cierta musicalidad en la voz para que se vayan acostumbrando. De hecho, existen muchos cuentos que incluyen texturas, colores y otros materiales para que el “peque” pueda tocar y sentir. De esta manera asociará la lectura a algo positivo.
- Mejor por la noche. Es el momento ideal para contarles un cuento y es que, aunque no lo parezca, contar historias tiene una especie de efecto sedante para los peques. También es un momento de unión entre padres e hijos y ayuda a que se cree una rutina.
- Elegir cuentos con moraleja. Casi todas las historias para niños tienen un final moralístico para que aprendan a discernir entre lo que está bien y lo que está mal. Así que lo mejor es escoger historias de las que los “peques” puedan aprender cosas, respetando siempre sus gustos.
- Entornos tranquilos. Para ser un buen cuentacuentos toda la atmósfera debe estar enfocada a la lectura. Silencio, tranquilidad, dispositivos electrónicos apagados o en silencio. Es un momento en el que nada externo debe desviar nuestra atención, ni la nuestra ni la de los niños.
- Cuentos breves. Es importante no aburrir a los niños, así que lo mejor es aglutinar las historias y que no duren más de 15 minutos.
- Juguetes. Te ayudarán a captar la atención de los “peques”, puedes utilizar títeres, muñecos, marionetas, pañuelos de colores… Cualquier elemento que te ayude a contar la historia.
- Espacio para la reflexión. Cuando los niños tienen más de 3 años es positivo comentar y reflexionar con ellos sobre el cuento que les acabas de contar. De esta manera los ayudaremos a que sepan pensar por sí mismos y tengan capacidad crítica. Es bueno preguntarles si les ha gustado, qué opinan sobre los personajes, cómo hubieran reaccionado ellos, etc.
Si quieres continuar mejorando tu técnica de cuentacuentos, en muchas librerías organizan talleres y también hay disponibles vídeos en internet para que aprendas a ser el mejor contador de historias.