Todo regresa, los estilismos, la moda, los elementos decorativos… Y ahora también la poesía, más concretamente la poesía gráfica. Tras décadas de hegemonía indiscutible de la novela como el máximo exponente de los estilos literarios, ha regresado el gusto por los versos, que parece que habían quedado relegados para los más entendidos y muy alejados de la cultura popular. La poesía gráfica ha vuelto para quedarse y sus elementos simbólicos la han convertido ya en una forma de mostrar el trabajo de ilustradores y diseñadores gráficos.
¿Qué es la poesía gráfica?
También denominada poesía visual, la poesía gráfica es una forma de expresión artística en la que generalmente se combinan palabras e imágenes. Un poema de estas características puede incluir múltiples lenguajes: sonoros, fonéticos, matemáticos…
En cuanto al lenguaje exclusivamente escrito se pone en valor la caligrafía, la forma en la que se escriben las palabras que formarán parte del mensaje y era muy habitual, hace algunas décadas la inclusión de los denominados caligramas, que no son más que ilustraciones que se forman con un trazo que a su vez está compuesto de palabras y frases que van formando la figura.
La popularidad actual de la poesía gráfica
Las redes sociales, internet, en definitiva, han provocado un fenómeno global: personas con intereses comunes logran encontrarse, intereses que no arrastran masas, pero no por ello son minoritarios. Algo que habría sido imposible sin la red de redes que, aunque muchas veces se intenten demonizar, como casi todo en la vida, tiene su parte de luz. Personas discutiendo sobre ortografía en twitter o descubriendo obras de arte de la Edad Media. Pues con la poesía gráfica igual, muchos artistas han utilizado plataformas como Instagram para mostrar sus trabajos y parece que a muchos les interesa este tipo arte, de lenguaje visual o de ilustración escrita.
Y como el arte siempre genera controversia y remueve sentimientos, es el medio perfecto para denunciar algunas situaciones actuales. Por eso los hermanos Javier y Juan Gallego han publicado “Como si nunca hubieran sido”, un homenaje a todos aquellos que fallecen en el Mediterráneo intentando llegar a Europa, donde esperaban conseguir una vida mejor o al menos con más oportunidades.
A medio camino entre la poesía gráfica y un cómic, los hermanos Gallego plasman una historia triste sobre el papel que nació tras leer un titular en el año 2015 que apuntaba que podrían haber muerto 1.000 personas en el Mediterráneo.