El actual sistema educativo que se basa en la memorización de contenidos y la aprobación de exámenes dificulta en muchos casos la detección de problemáticas asociadas al aprendizaje a las que puede ponérsele remedio fácilmente con un diagnóstico precoz. Suele ser bastante habitual que todo niño o niña que no encaja en el método tradicional de enseñanza se relacione con la hiperactividad o la falta de atención. Lo cierto es que la gran mayoría de las veces existen otros problemas de base como por ejemplo la dislexia. Te contamos cómo detectarla a tiempo.
¿Qué es la dislexia?
La dislexia se trata de una alteración de la capacidad de leer que provoca la confusión y la alteración en el orden de las letras, sílabas y palabras. Suele asociarse popularmente a problemas de inteligencia, pero este trastorno nada tiene que ver con causas intelectuales, culturales o emocionales. El origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo y es simple y llanamente un trastorno del aprendizaje.
La dislexia es el trastorno de aprendizaje más frecuente entre los niños en edad escolar y afecta entre un 5 y un 17% siendo más frecuente entre niños que entre niñas. No debe confundirse con la disgrafía que es otra dificultad en el aprendizaje, pero relacionada exclusivamente con dificultades en el acto de escribir.
La detección precoz de la dislexia
La dislexia es un trastorno que diagnostican pedagogos, psicólogos o logopedas, puede que incluso neurólogos. En cualquier caso, es muy importante acudir a un buen especialista para que no confunda la problemática del menor con falta de atención o disgrafía.
Las mejores fórmulas de detección de la dislexia son la práctica de algunos ejercicios y la detección de algunas características concretas cómo:
- Ejercicios de comprensión lectora.
- Cuentas matemáticas sencillas (para descartar que presenten dificultades en el orden de los números).
- La forma de hablar. Si es simple, entrecortada o incompleta y se basa en el uso de frases muy sencillas, la dislexia es un trastorno a valorar.
- Problemas de concentración que se unen a otras problemáticas como la nula comprensión lectora o la imposibilidad de resolver cuentas.
- Problemáticas para recordar palabras y datos.
- También es posible que un niño o niña con dislexia presente problemas físicos como la falta de equilibrio, mala coordinación y mareos frecuentes.
Si tu hijo o hija presenta alguna de estas dificultades lo mejor es acudir a un especialista para que le practique la denominada prueba DST-J, un test para detectar la dislexia. ¿Cómo se trata? Es imprescindible el refuerzo escolar con programas de lectura, ejercicios complementarios de memoria y problemas matemáticos