Cómo empezar a ir al gimnasio y no morir en el intento

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empezar a ir al gimnasio

Se han acabado las fiestas y ha llegado el momento de cumplir con los buenos propósitos que nos hemos hecho para el año. Uno de los más habituales es empezar a ir al gimnasio para ponernos en forma de cara el verano. Pero antes de empezar a hacer deporte debemos tener en cuenta una serie de consideraciones para que nuestros propósitos no acaben en abandono o, lo que es peor, lesión.

Trucos para empezar a ir al gimnasio y no dejarlo

Elige el gimnasio

Puede parecer una obviedad, pero la elección del gimnasio es fundamental si queremos ponernos en forma. Lo más aconsejable es que esté cerca de casa, cerca del trabajo o centro de estudios o en el camino que los une. Tenernos que perder tiempo desplazándonos no es nada aconsejable porque juega a favor de nuestra amiga pereza y en contra de nuestro amado y comúnmente escaso tiempo.

Con amigos y amigas, mejor

Si para ti ir al gimnasio es un precio que tienes que pagar para cuidar tu cuerpo, lo mejor que puedes hacer es ir con tu pareja, con una amiga, con un familiar o con quien tu quieras, pero con alguien. Ir acompañado te aportará motivación y compromiso. Además, te divertirás más pudiendo comentar la jugada.

Sé realista

Como todo en la vida, es básico marcarse un objetivo alcanzable. Es muy común que cuando empezamos a ir nos motivemos en exceso y pensemos en ir cada día de la semana tres horas. Pero no es la mejor manera de empezar porque es difícil que no la podamos alcanzar y nos acabemos frustrando.

Hay muchos estudios sobre cuántos días a la semana y cuánto tiempo se tiene que ir al gimnasio. Uno de los más aceptados por la comunidad científica afirma cuando se trata de ir a un gimnasio lo recomendable son un mínimo de 20 minutos 5 veces por semana, que cubre el tiempo recomendado por la OMS. Estos 20 minutos puedes incluir el tiempo de calentamiento, rutina y estiramiento.

Lo más importante es que nuestro proceso de entrenamiento sea progresivo, aumentando poco a poco en función de los logros que vayamos consiguiendo. Nunca debemos aumentar nuestro objetivo si no nos sentimos cómodos con la rutina de ejercicios que estamos realizando, una vez que llevamos una temporada con los mismos ejercicios y notamos que nuestro cuerpo no responde de la misma manera porque ya está acostumbrado a ellos, es momento de plantearnos un nuevo logro.

Clases dirigidas

Si no estás costumbrado a ir al gimnasio lo mejor acostumbra a ser acudir a clases dirigidas. Hay infinidad y éstas también nos ayudan a conseguir compromiso en nuestra misión porque son cada día a la misma hora. En caso de no gustarte las clases dirigidas, lo mejor es que hagas algunas sesiones con un entrenador personal para que te marque una rutina a seguir.

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